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Bolivia Solar

Bolivia cuenta con un elevado potencial energético, tanto de energías tradicionales como de energías alternativas.

Por su naturaleza geológica, el país es más productor de gas natural que de petróleo (62% del total de líquidos producidos a partir de condensados).

Las reservas de gas natural son las segundas más grandes de Sudamérica (después de Venezuela), pero las primeras considerando las libres de líquidos. Además se prevé que aumenten en unos 200 o 300 trillones de pies cúbicos.

Es la base de la economía boliviana. Tiene contratos de exportación con los países que la rodean. Por ejemplo, con Brasil tiene un contrato de venta de 30 millones de pies cúbicos por día durante 20 años.

El sector de la energía eléctrica absorbió el 63% de las ventas de gas natural.

La electricidad generada en Bolivia proviene de centrales hidroeléctricas (35%) y centrales termoeléctricas (65%).

El Sistema Interconectado Nacional (SIN) está integrado en un 90% por los principales centros de producción y consumo (La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí, Chuquisaca, Beni y Santa Cruz) y por sistemas aislados en las ciudades y poblaciones menores que completan el restante 10% del mercado eléctrico nacional (Departamento de Pando).

Bolivia está empeñada en cambiar su matriz energética, que en la actualidad se sustenta en la generación termoeléctrica.

Las autoridades han señalado varias veces que el objetivo es que el 70% de la generación de energía sea hidroeléctrica o provenga de otras fuentes alternativas como la eólica y la solar, y que el 30 % restante sea termoeléctrica.

Por eso se ha propuesto incorporar alrededor de 183 MW de fuentes renovables de energía como meta para el 2025.

Las 2/3 partes de Bolivia, cuya posición latitudinal está entre los paralelos 9º 40′ S y 22º 53′ O, se encuentran en la franja de mayor radiación solar.

Esta situación hace que cuente con uno de los mayores niveles de intensidad solar de la región.

La incidencia solar en el territorio nacional alcanza los promedios anuales de 5,4 kWh/m²día de intensidad y de 7 h/día de insolación efectiva.

Sin embargo, quizás por la elevada disponibilidad de gas natural, actualmente Bolivia no cuenta con normativa y legislación que fomente el desarrollo sostenido de las instalaciones solares.

Solar FV Latinoamérica

Latinoamérica genera cerca del 7% del total de la electricidad mundial y las fuentes no tradicionales representan sólo el 6% del mix energético.

Se espera que para el 2050 más del 20% de la electricidad generada en la región provenga de energías renovables no hidráulicas.

¿Puede ser importante el aporte de la energía solar fotovoltaica?

Esta tecnología presenta gran potencial en la región, pero en la mayoría de los países sigue marginada a un segundo plano en las decisiones energéticas y lo que se hace al respecto va dirigido muchas veces a «la tribuna» y muy poco se concreta.

Comparada con el resto del mundo, la tasa de implementación de energía solar fotovoltaica en América Latina es muy baja.

Anualmente se espera la instalación de unos 100 GW de energía solar fotovoltaica a nivel mundial y habitualmente sólo el 1% corresponde a esta región.

Sin embargo, el hecho de no haber sido una de las regiones donde se inició el desarrollo de esta tecnología le permitiría aprender de los errores cometidos en otras regiones o países.

Hay que distinguir entre desarrollo industrial solar (fabricación de módulos y otros componentes) y producción de energía solar (electricidad solar).

El desarrollo industrial solar en la región lo tiene difícil con la abrupta caída en los precios de los módulos.

En cambio, la producción de electricidad solar se ve favorecida por esta caída en el precio de los módulos y hace más competitiva a la energía solar fotovoltaica.

El costo promedio de 1 W instalado de energía solar fotovoltaica se ha reducido radicalmente en los últimos años y la mayoría de las proyecciones indican que esta tendencia va a continuar. Los costos subyacentes asociados a la energía solar fotovoltaica también continuarán disminuyendo.

La capacidad instalada fotovoltaica de los países latinoamericanos siempre estuvo orientada a aplicaciones aisladas para atender necesidades de poblaciones rurales, sin acceso a la red eléctrica.

Recién a partir de 2014 los proyectos solares fotovoltaicos comenzaron a atraer capital.

América Latina tiene 51 plantas solares fotovoltaicas en operación y ha instalado 625 MW de energía fotovoltaica en 2014, frente a 133 MW en 2013. Se han anunciado 23 GW de proyectos, 5,2 GW en contratos, 1,1 GW en construcción y 722 MW en operación.

Desde la consultora GTM Research señalan que la potencia instalada en MW ha registrado un aumento del 370% en 2014 y se prevé que suba un 237% en 2015.

Esta cifra podría revisarse a la baja tras el derrumbe de precios que en los últimos meses ha sacudido a la industria petrolera y al sector de las materias primas.

Hoy en día, en los países latinoamericanos con buenos niveles de radiación y un mercado energético sin grandes subsidios, el modelo de la energía solar fotovoltaica es autosostenible.

En algunas ciudades de México, Brasil, Chile y Perú, el coste de la energía solar fotovoltaica se sitúa muy cerca de la paridad de red.

Ya cuentan con normativa nacional para conectar generadores fotovoltaicos bajo el sistema de medición neta: Costa Rica, Guatemala, México, Panamá, República Dominicana y Uruguay.

Los lugares más idóneos para localizar grandes plantas son los desiertos cerca de la costa del Pacífico y el nordeste de Brasil.

Durante los próximos 20 años se espera que la inversión en energía solar fotovoltaica llegue a unos U$S 100.000 millones anuales en todo el mundo.

Se estima una previsión de desarrollo de 3,5 GW para 2016 en América Latina.

¿ Es posible ?

Para saberlo vamos a hacer un análisis país por país, porque hay realidades muy distintas.

Solar Térmica Latinoamérica

La energía solar térmica para aplicaciones domésticas es una tecnología madura que se ha desarrollado exitosamente en muchos países durante más de 30 años.

No se entiende muy bien el por qué de su escaso desarrollo en comparación con la energía solar fotovoltaica ya que casi duplica su rendimiento.

Es una tecnología relativamente simple que ya cuenta con pequeños y medianos fabricantes en países de la región como Argentina, Uruguay y Brasil. Sin embargo, no hay todavía una certificación a nivel regional como ocurre en Europa.

En el vecino país caribeño de Barbados el 80% – 90% de los hogares poseen equipos de energía solar térmica en sus techos. Este país se ubica en el top 5 mundial de capacidad instalada per cápita.

No hay datos fiables respecto de la capacidad instalada en Latinoamérica.

Los más recientes a nivel mundial datan de 2012 y estiman una capacidad instalada de 234 GWth. Brasil aparece entre los 7 primeros países con unos 4 GWth (2%).

El mercado regional latinoamericano se está desarrollando lentamente.

En paralelo, está surgiendo un incipiente marco regulatorio en materia de certificaciones que se basa principalmente en los marcos regulatorios de Europa y EEUU. La COPANT está trabajando en la unificación del marco regional de standards y certificaciones.

Una de las principales barreras para el desarrollo de la energía solar térmica son los importantes subsidios que algunos países de la región otorgan a las energías convencionales.

Profesionales y empresas del sector de la energía solar térmica de Latinoamérica y el Caribe se han reunido recientemente en San José, Costa Rica, para impulsar el desarrollo de esta tecnología en la región.

La convocatoria fue realizada por IRENA (International Renewable Energy Agency), OLADE (Organización Latinoamericana de Energía), ICE (Instituto Costarricense de Electricidad) y el Instituto Alemán de Metrología (PTB).

Según el Departamento de Innovación y Tecnología de IRENA, actualmente solamente se aprovecha el 3% del potencial solar térmico de la región.

La conclusión más importante a la que arribaron es que la región tiene un enorme potencial para el desarrollo de la energía solar térmica en los ámbitos residencial y comercial, pero la experiencia demuestra que para conseguirlo hay que fomentar la confianza en esta tecnología.

¿ Cómo se consigue esto ?

Las propuestas fueron:

1) Desarrollar mecanismos que aseguren la calidad de las instalaciones (standards e inspecciones)

2) Fomentar buenas prácticas entre profesionales y empresas del sector (test y certificaciones)

3) Implementar políticas de gobierno que impulsen el desarrollo genuino de esta tecnología

El análisis global de los programas de desarrollo de energía solar térmica estima una capacidad instalada mundial de 1.600 GWth en 2030 y unos 3.500 GWth en 2050.

¿ Será Latinoamérica un actor importante en este crecimiento de la capacidad instalada mundial ?

Para saberlo, en las próximas entregas analizaremos el sector solar térmico de cada uno de los países que componen la región.

Energía Solar en Latinoamérica

Para evaluar el potencial solar de la región vamos a exponer antes algunas variables macro.

Latinoamérica agrupa a Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

Tiene 22.222.000 km2 de superficie (aproximadamente el 13,5% de la superficie emergida del planeta) y más de 600 millones de habitantes.

La región presenta una notoria diversidad política y económica y es inestable por el continuo cambio de enfoque en las políticas monetarias.

En la actualidad, en Latinoamérica se reconocen 3 tipos de sistemas económicos.

Los capitalistas, con economías abiertas que se basan en el libre mercado y en tratados de libre comercio. Entre estos países se encuentran Perú, Chile, México, Colombia, Panamá y Costa Rica.

Los países que, si bien sostienen una estructura de apertura al mundo, son claramente proteccionistas; con una economía social de mercado o economía mixta. Entre estos países se encuentran Argentina, Uruguay, Brasil, Ecuador, Bolivia y Paraguay.

Finalmente están los países que sostienen economías cerradas, con muy poca relación de libre mercado y con clara tendencia al modelo marxista. Este es el caso de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Las economías de mayor tamaño según su PIB son Brasil, México, Argentina, Colombia y Venezuela.

Mientras que las economías más desarrolladas en términos de PIB per cápita son Chile, Argentina y Uruguay.

Ahora analicemos el recurso solar disponible en la región.

La energía solar está uniformemente distribuida, ya que gran parte de la región se encuentra dentro de la denominada región ‘‘Cinturón del Sol“ de más alta radiación solar. Con la excepción de sitios específicos se trata de un recurso previsible y confiable.

¿Cuál es la principal ventaja de la energía solar respecto de otras energías renovables?

Que tiene un mayor grado de integración al entorno urbano.

Las instalaciones en azoteas aprovechan superficie ociosa para generar energía limpia. El país que concentre sus esfuerzos en el desarrollo de este tipo de instalaciones tendrá la llave de su soberanía energética y la de sus habitantes.

Otro factor importante es que las instalaciones solares ya pueden ser realizadas por mano de obra local, reduciendo la dependencia tecnológica hacia los desarrolladores y proveedores de equipos (la mayoría fabrica fuera de la región). Esto hace que no se vincule la venta de los equipos con la instalación, puesta en marcha, operación y mantenimiento; como ocurre en el caso de otras energías renovables.

Con algunos de los mejores recursos solares del mundo, América Latina tiene su gran oportunidad.

Algunas razones para ser optimistas:

1. Buenos niveles de radiación solar en la región

2. Tendencia sostenida a la baja en los precios de los componentes de sistemas solares

3. Tecnología con alto potencial de generación de empleo local

4. Aumento de la conciencia ambiental ciudadana

5. Conveniencia para muchos países de reducir la dependencia del petróleo y sus derivados

6. Voluntad política que se evidencia en los gobiernos de algunos países de la región

Y algunos temas pendientes:

1- Inversión en infraestructuras de redes de transmisión modernas interconectadas y equipos de medición bidireccional

2- Mayor mercado financiero para respaldar con préstamos a largo plazo el desarrollo de la tecnología solar

3- Inestabilidad económica e Inseguridad jurídica en algunos países de la región

En las próximas entregas vamos a analizar la situación de las aplicaciones domésticas de energía solar térmica y fotovoltaica en la región.