Solar Térmica Brasil

De acuerdo con la AIE, Brasil es 4º en capacidad instalada de energía solar térmica en el ranking mundial, pero 32º en energía solar térmica per cápita entre 57 países.

En Brasil la irradiación es extremadamente alta. El nivel más bajo se encuentra en Santa Catarina, siendo un 30% superior a la media en Alemania.

Entre 2009 y 2013, la producción brasileña de colectores solares creció a más de un 15% promedio anual, alcanzando una capacidad instalada de 9,6 millones de m2.

En 2012 Brasil aportó 1/3 del mercado mundial de colectores solares planos y para climatización de piscinas producidos, con 965 MW, por delante de Alemania y los EE.UU.

Fue el 5º país en colectores solares instalados en 2013.

Un aspecto a mejorar es la legislación y normativa.

Muchas leyes municipales creadas están en fase de ejecución desde el año 2006 y solo algunas ya son una realidad en ciudades como São Paulo.

También se implementaron propuestas para ofrecer incentivos para tecnologías limpias y descuentos en la tarifa eléctrica a establecimientos equipados con energía solar para calentar el agua.

En 2014, el parque de energía solar térmica de Brasil llegó a la producción de 7.354 GWh a partir de una superficie total de 11,24 millones de m2 de colectores solares instalados en el país.

Ese año, la producción de colectores para el calentamiento de agua solar creció un 4,5%, con la instalación de 1,44 millones de m2 de colectores.

Teniendo en cuenta el consumo residencial promedio de 166 kWh/mes, esta cantidad de energía es suficiente para alimentar durante 1 año a 3,7 millones de hogares. La ciudad de São Paulo tiene 3,9 millones de viviendas.

Las mayores ventas de equipos solares térmicos en 2014 se registraron en la región Sudeste con el 61,94%, seguida por la región Sur con el 21,81%, el Centro-Oeste con el 10,44%. Las regiones con menos cuota de mercado fueron Nordeste y Norte, con 4,51% y 1,69%, respectivamente.

El 51% de las ventas en 2014 se destinaron para el segmento residencial, frente a un 9% en comparación con 2013.

Pero la gran noticia fue la expansión del uso de la energía solar térmica en la industria. Un 17% en 2014 en comparación con el 3% del año anterior.

Por el contrario, las ventas de colectores a programas de vivienda se redujo del 19% al 16% en 2014.

Los segmentos Comercio y Servicios también registraron una participación de 16% en 2014.

La Compañía de Saneamiento Básico del Estado de São Paulo (Sabesp) ha instalado un calentador solar en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de las ciudades de Taubaté y Trebembé. El equipo calienta hasta 55ºC el agua para el lavado de dos centrifugadoras y otros elementos.

Familias de bajos ingresos de las localidades de Lorena y Cachoeira Paulista, en el estado de São Paulo, se beneficiarán del proyecto «Buena Energía Solar», que prevé la instalación de equipos de energía solar térmica en más de 383 viviendas, además de kits con lámparas fluorescentes.

Brasil Solar

Brasil es rico en recursos naturales. El 44% de su energía procede de renovables.

Es líder en producción de biocombustibles y muy importante el aporte de centrales hidráulicas.

Se sitúa entre los países en vías de desarrollo con mayor potencia eólica instalada, sobre todo en la zona del litoral de Maranhão, Piauí, Ceará y Rio Grande do Norte.

El programa PROINFA estableció la contratación de 3300 MW de energía renovable. Se realizaron cuantiosas inversiones en eólica y biomasa. Sin embargo, la energía solar no fue incluida y se quedó rezagada en la integración energética; sobre todo en plantas a gran escala conectadas a red.

La matriz energética verde de Brasil era envidiada por muchas naciones y el orgullo de un gobierno convencido de que conducía al país hacia el estatus de superpotencia económica.

Tres cuartas partes de la electricidad brasileña provenía de centrales hidroeléctricas y los automóviles se movían principalmente a etanol de caña de azúcar.

El país acababa de descubrir gigantescas reservas de petróleo frente a sus costas.

Hoy el panorama no es tan promisorio.

La producción de petróleo está cayendo y se debate racionar la energía eléctrica, lo que deprimiría aún más la economía.

Los problemas comenzaron cuando Brasil intentó aumentar el control sobre sus recursos y acabó asustando a los inversores.

Se profundizaron porque el país tiene una fuerte dependencia hidroeléctrica (2/3 de la generación) y enfrenta una de sus peores sequías.

La realidad es que el sector eléctrico de Brasil está plagado de ineficiencias.

La nueva ley petrolera aprobada en 2010 buscaba garantizar el control estatal sobre los grandes yacimientos descubiertos bajo el mar frente a los estados de Río de Janeiro y Sao Paulo, exigiendo que Petrobras aumentara su participación dominante en la explotación y producción.

Empresas con proyectos de largo plazo en Brasil redujeron sus planes o simplemente se marcharon.

Pero lo más perjudicial fueron las políticas de precios de la gasolina.

El gobierno impidió que Petrobras elevara los precios de la gasolina y el diésel para contener la inflación y la petrolera incurrió en sus primeras pérdidas en 13 años.

La gasolina artificialmente barata volvió no competitiva a la industria local de biocombustibles. Los productores respondieron cortando la producción, lo que disparó los precios del etanol.

Como cada litro de gasolina lleva 1/4 de etanol, aumentó el costo de la gasolina.

Para evitar un aumento de la inflación, el gobierno redujo a fines del 2011 el porcentaje de etanol en la mezcla a 20%.

Con las refinerías al máximo de capacidad, Petrobras no tuvo más remedio que importar gasolina a precios de mercado y venderla a pérdida.

El otro gran golpe fue el plan del gobierno para forzar una caída del 20% en los precios de la electricidad en 2014, deslizando que las compañías eléctricas tendrían que conformarse con menores márgenes de rentabilidad.

La respuesta de los inversores fue vender las acciones de las eléctricas.

Las acciones de Eletrobras, la mayor generadora de América Latina, perdieron ese año más de 2 décadas de ganancias.

Aunque la energía solar no estuvo contemplada en el PROINFA y no existe una estrategia estatal para incentivarla, Brasil ha implementado varios programas sobre todo para la electrificación en comunidades rurales.

El más importante ha sido el PRODEEM, que supuso un salto para el know-how de la industria solar local con una implicación importante en investigación y en centros universitarios.

El otro fue el programa “Luz para Todos”, impulsado por el gobierno estatal en 2003 con la ambiciosa meta de llevar energía eléctrica a 10 millones de personas.

Solar Fotovoltaica Bolivia

Hasta la primera mitad de los años 90, se llegaron a instalar en Bolivia unos 5.000 sistemas fotovoltaicos destinados principalmente a telecomunicaciones y electrificación de viviendas rurales.

En la segunda mitad de esa década, se instalaron más de 5.000 sistemas en el departamento de Santa Cruz en un proyecto impulsado por la distribuidora CRE, con financiamiento de la Embajada del Reino de los Países Bajos.

También se implementaron proyectos financiados por NRECA en los Yungas del departamento de La Paz y por Energética en Cochabamba (proyectos Chimboata e Intikanchay).

Desde el año 2000 se instalaron más de 2.000 sistemas por año a partir de proyectos como los ejecutados por el Fondo de Inversión Social (FIS) y la Prefectura del departamento de La Paz.

La cantidad de sistemas instalados a la fecha sobrepasa los 35.000.

De acuerdo con datos proporcionados por la ONG Energética, un 83,4% de las instalaciones solares fotovoltaicas existentes son de uso domiciliario, un 16,3% son de uso social (postas sanitarias, unidades educativas, iglesias, centros de adultos, sindicatos) y un 0,3% son de uso productivo (centros de hilado, centros artesanales, sistemas de bombeo).

La mayor cantidad de instalaciones están ubicadas en los Departamentos de Cochabamba, Potosí y Oruro.

Hay 3 aspectos importantes que pueden favorecer el desarrollo fotovoltaico del país:

1- La fabricación de componentes por parte de empresas bolivianas. Una empresa local ha incluido en su oferta baterías destinadas a los sistemas fotovoltaicos y otra produce reguladores de carga, lámparas fluorescentes tipo PL y conversores de voltaje.

2- La formación de recursos humanos en esta tecnología, que ha sido incluida en la currícula de centros de formación técnica; lo que permite contar con la mano de obra necesaria para soportar un ritmo importante de instalaciones.

3- La calidad de las instalaciones. Bolivia fue el primer país de la región en contar con normas propias que la garantizan. Fueron desarrolladas por el proyecto BOL/97/G31 ejecutado por el Viceministerio de Electricidad y Energías Alternativas con financiamiento de PNUD/GEF y emitidas por el Instituto Boliviano de Normas y Calidad (IBNORCA).

Si bien la tecnología fotovoltaica en Bolivia ha alcanzado cierto grado de madurez, aún tiene desafíos por delante. Especialmente en el ámbito de los usos productivos que deben permitir a los pobladores rurales aumentar sus ingresos. De esta manera, se cumpliría con un gran objetivo: llevar desarrollo al área rural.

Recientemente fue inaugurada la segunda fase de la primera planta solar fotovoltaica del país (la 1º fase se entregó en septiembre 2014) con una capacidad de 5,1 MW y ubicada en Villa Bush (Pando).

La Planta Solar Fotovoltaica de Cobija proveerá de energía eléctrica continua a los municipios de Cobija, Porvenir, Filadelfia, Bella Flor y Puerto Rico.

La inversión fue de U$D 11 millones. La Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) invirtió U$D 4,98 millones (47%), mientras que la Cooperación Danesa aportó U$D 6 millones (53%) a fondo perdido.

Con la Planta Solar Fotovoltaica Cobija el país sustituirá el consumo de 1,9 millones de litros de diésel por año.

La planta solar proyectada para el departamento de Oruro tendrá una capacidad de 20 MW y su construcción supondrá la inversión de U$D 45 millones.

Solar Térmica Bolivia

En Bolivia se estima un crecimiento de aproximadamente 500 instalaciones de energía solar térmica al año en todo el país.

Este crecimiento evidentemente, es demasiado lento teniendo en cuenta el potencial solar de Bolivia.

La radiación es muy alta, por lo que se podrían aprovechar numerosas aplicaciones de energía solar térmica.

Sin embargo, el mercado nacional es incipiente y existen pocas empresas dedicadas a esta tecnología.

La zona más activa se ubica en la región central de Cochabamba donde hay unas 5 empresas que se dedican principalmente a instalaciones de equipos termosifón.

En Bolivia la energía está disponible solamente para una reducida parte de la población. Muy amplios sectores de áreas rurales no están conectados con las redes públicas.

Las redes de distribución de energía eléctrica y de gas no llegan a estas regiones alejadas porque la ampliación de esas redes no se reflejaría en ganancias para las empresas proveedoras.

El uso de energía solar térmica cuenta con un potencial enorme para dotar de agua caliente a comunidades situadas en la zona del altiplano; donde existen temperaturas muy bajas que repercuten negativamente en las actividades productivas y cotidianas de las personas de esa región.

Las condiciones climáticas en esta región son extremas debido a las heladas nocturnas. El agua proveniente de tuberías o pozos tiene una temperatura muy baja y por lo tanto tiene que ser calentada mediante energía eléctrica o gas para el aseo personal de la gente y para el lavado de diversos elementos y ropa.

Como Bolivia está situada cerca al ecuador, la radiación solar es muy alta y casi no presenta variaciones entre los periodos de invierno y verano. Por lo tanto se encuentran condiciones ideales para el uso de energía solar en el calentamiento de agua.

Por lo expuesto anteriormente, resulta evidente que la clave para superar esta situación es estimular el crecimiento del mercado para productos solares térmicos a través de medidas que incidan tanto en la oferta como en la demanda en los departamentos de La Paz, Oruro y Cochabamba.

Esto contribuiría a la disminución de la pobreza, la conservación del medio ambiente y la protección de recursos naturales.

Desde el punto de vista empresarial, fomentaría el establecimiento de empresas en el lugar.

La difusión de esta tecnología es actualmente limitada en Bolivia por:

– Deficiencias tecnológicas

– Falta de medios de certificación

– Estructuras poco eficientes en cuanto a servicio, venta y mantenimiento

– Desconfianza de parte de posibles usuarios

– Altos costos de producción y prestación de servicios originados en limitados volúmenes de producción y venta

– Escaso acceso a financiamiento

– Ausencia de incentivos (financiación, subvenciones o excepciones de impuestos) por parte del Estado.